Aqui podes encontrar los mejores lugares para ir a morfar,segun lo que tengas ganas.Todas las recomendaciones de la extensa gastronomia porteña y argentina.
Los domingos
analizamos dos deliveries midiendo el tiempo y demás. En el dia de
hoy,presentaremos el servicio de delivery Don Matute y Kentucky, dos pizzerias con diferentes estilos que ofrecen servicio a domicilio, hoy en día lo único permitido debido a la cuarentena obligatoria
dictada por el gobierno nacional para frenar la pandemia del coronavirus.
Utilizamos la aplicación de Pedidos Ya para
pedir en Don Matute. Ordenamos una grande de Jamón y Morrones con una faina. Entre 40 y
60 minutos nos dicen que es el tiempo de espera desde la aplicación. Ya estaba por llamar al local, cuando tocaron el timbre, 75 minutos después de realizado el pedido, excediéndonos 15 minutos del tiempo máximo estimado.
Al abrir la caja ,no nos encontramos
sorpresas. La clásica pizza a la piedra de Matute y un sabor que me dejó satisfecho para un sábado a la noche. Creo que un 7 es el puntaje que le podemos brindar
al servicio de Mi Matute.
De la misma
manera que hicimos con DonMatute, también utilizamos la aplicación de Pedidos
Ya para pedir en Kentucky.Ordenamos lo mismo, para que no haya diferencias: grande de jamón y morrones y una faina.Entre 40 y 60 minutos de
espera nos dicen ,igual que en Don Matute.
Llegó a los 62 minutos, también excendiendo el tiempo máximo estimado, pero por tan solo dos minutos. El sabor es el clásico de esta pizzeria, en el cual no nos detendremos demasiado porque sería para otra sección. Lo importante es que llegó en perfectas condiciones y con su sabor original, listo para disfrutar. Creo que un 8 es el puntaje que se merece la gente de Kentucky.
Un asado es un asado. No puede faltar la tira o el costillar como realmente se tiene que llamar, aunque en la mayoria de los casos sea fraccionado. El vacío o la entraña o la tapa de asado en su defecto. El chori y la morcilla. Algunas achuras tal vez, el chinchu y los riñones al tope por su economía más que nada y algún lujurioso y romántico que aún queda, se animaría con las mollejas, pese a su precio elevado.
Pero el invitado especial, ese que no siempre aparece pero que siempre a todos fascina es la provoleta. Esa redondes llena de queso a la parilla esquisita, vuelve locos a todos y es sin dudas lo mejor para empezar el ritual del asado.En las principales parrillas su precio es elevado y desproporcionado tal vez por el producto que es. Pero su sabor inigualable hace que sea una tentación sin igual y que uno caiga en pedirlo de vez en cuando.
Y cuando uno no lo tiene, como es el caso de esta cuarentena o como puede ser otros casos no tan forzados, lo extraña. Imagina saborear ese manjar y sin dudas, por lo menos en mi caso, es una de las tantas cosas que voy a hacer una vez que termine esta cuarentena, que nos tiene con los deseos al máximo, producto de una prohibición, sana y necesaria por cierto, pero que conlleva a nuestros mayores antojos, tal embarazadas o embarazados eternos.
Pero ahora si en el mundo de los fanáticos de la provoleta no es todo tan facil. Una provoleta perfecta no es fácil de hacer y no es fácil de encontrar. La provoleta debe ser crujiente, con un tostadito sugerente pero no debe pasarse: debe estar en su punto justo. Ni muy blanda, que parezca queso cremoso ni demasiado dura que parezca queso reggianito.
Esa provoleta perfecta no es fácil de encontrar, hasta las parrillas más renombradas y que se destacan en casi todos sus platos suelen fallar en esto. En la mejor parrilla que existe para mi, que es el Tano, la provoleta es lo peor que tienen. Y en Lo de Charly, el refugio de los trasnochados, tiene sus días. Safa en Totín, del mismo dueño del anterior nombrado.
La mejor provoleta para mi la encontramos en Antigua Querencia, ese recondito lugar de Almagro que ofrece muchas opciones, pero con el queso rey como estandarte. Anda ahí que seguro no te va a defraudar. Y ofrezo dos opciones más: el Desnivel en San Telmo. Llega bien marcada por fuera y caliente por dentro, con orégano arriba. Correcta y cumplidora.
Y también en El Ferroviario, que merece párrafo aparte por muchas otras cosas, pero también se puede encontrar una provoleta espectacular. Si te acercás a la parrilla podés ver todas las rodajas de provolone cortadas (bastante altas, por cierto) que después pasan por la parrilla. Se sirven con el corazón derretido, provenzal arriba y, claro, en bandejita de chapa. Ah, no lo dije, y por cierto tendría que haber empezado por ahí. La provoleta es queso provolone a la parilla. Pero no lo dije porque para mi la provoleta es más que eso. La provoleta es un sínfin de sabores que explotan en la boca, es queso, pero también es carne, porque es ahumada, a la parrilla. Es simpleza pero también es belleza. La provoleta, es, sin dudas, un manjar más de lo que se pueden conseguir a la parilla.
Es jueves y tiempo de hacer el ranking. En esta ocasión, te ofreceremos los 10 mejores bares de Buenos Aires. Al ser un rubro tan amplio, obviamente muchos quedarán afuera, pero intentaremos ubicar a los que ofrecen la mejor gastrónomia y los que representan al clásico "cafetín de Buenos Aires" como se inmortalizó en el tango de Santo Discepolo. "Cómo olvidarte en esta queja, Cafetín de Buenos Aires,Si sos lo único en la vida, Que se pareció a mi vieja"... belleza pura.
1. Café Tortoni. Super clásico de Buenos Aires, uno de los bares más antiguos y el más emblemático y tradicional de la ciudad. Todas las tardes, se llena de turistas que tienen que hacer cola para entrar a desgustar un café o el delicioso submarino que puede ser acompañado con medialunas, masitas o tostados. Sobre sus mesas pasaron varios escritores como el célebre Jorge Luis Borges, que era habitué del Tortoni. También es símbolo de Tango y en sus instalaciones se desarrollan varios espectáculos de este tipo.
2. Las Violetas. El bar más antiguo de Buenos Aires y en donde se destacan sus desayunos y meriendas, sin dudas los mejores de la ciudad. Las Violetas revolucionó, desde finales del siglo IXX "la hora del té". Se destaca su especialidad,el María Cala Victoriano que incluye té, café, chocolate, café con leche, dulce, porción de torta, budín, pan dulce, masas finas, sandwichd de miga triple de jamón y choclo blanco, huevo y capresse, fosforito, chips, sandwich de pan negro tostado mixto, canapes, bebidas, copa de jugo de naranja y copa de champagne.
3. Los 36 Billares. Otro de los lugares más tradicionales de Buenos Aires. Ubicado sobre la histórica avenida de Mayo, ofrece gran variedad gastrónomica con opciones clásicas para desayunar, merendar y también para almorzar o cenar, incluso con pizza al paso. Pero lo más destacable de este lugar son las mesas de billar, que tiene tanto en el sub-suelo como en la planta baja, donde los más destacados de este deporte van a practicar. También tiene mesas de pool, lo que completan las 36 que le da nombre al emblemático bar.
4. Celta. Cerca del Congreso, ofrece miles de opciones para la mañana, la tarde, la noche y hasta para la madrugada. La cerveza tirada se destaca asi como su bermú con ingredientes, clásico de la gastronomía porteña. Pero también tiene otras altenativas para los que no son fanas del alcohol: el licuado de banana, en una jarra super grande. Gran variedad de sandiwchs frios y calientes.
5. Paulin. En el microcentro porteño, el paraiso de los sandwichs de miga y tostados. Paulin ofrece la más amplia variedades en este tipo de emparedados y todos tienen un sabor único. Su larga barra le da un aspecto único y es impresionante ver como vuelan los platos de una punta a la otra sin caerse nada y llegar perfectamente a las manos del comensal.
6. Bar Británico. Frente a Parque Lezama, otro de los bares que le dan vida a esta emblemática zona. Con mozos como los de antes y muchos habitués, que consumen mucho fútbol, tiene una propuesta para la tarde y para la noche, ofreciendo esquisitas cenas con un menú especial cada día. Además buenas opciones en cervezas y aperitivos.
7. El Hipopotamo. También frente al Parque Lezama, El Hipopotamo ofrece clásica atención y sandwichs bien completos. Sin dudas lo más destacable de este lugar es la sidra tirada, una opción diferente y bien rendidora.También se destaca con otros aperitivos y abundantes picadas y hamburgesas.
8. El Timón. Enfrente Canal 9, ya tiene un ambiente bastante particular, sumado al auto que está dentro del bar, junto a la clásica pesera. Pero lo que más se destaca son los súper tostados, los mejores de Capital Federal. No sólo por su cantidad (8 buenas porciones) sino por su calidad y su gusto extremo. El secreto de porque es tan rico, todavía es un misterio que los dueños no piensan develar. 9. Bar de Cao. Uncentenario bar de la ciudad de Buenos Aires ubicado en el
barrio de Boedo, declarado Bar Notable. En su ambiente se nota su historia, con
muchos detalles originales de cuando aún era un almacén y despacho de bebidas,
como el mostrador de mármol y la vieja caja registradora. Se destaca por su
cerveza tirada y sus picadas abundantes, famosas en la ciudad. Todas son
abundantes pero la Gran Cao es la de la casa, con queso de campo, aceitunas
negras y verdes, jamón crudo, palmitos, cantimpalo, sopresatta, tortilla, roquefort,
leberwurst y pan casero.
10. La Academia. Su mayor atractivo es que está abierto las 24 horas, con un salón exclusivo para pool y billar. Alli se puede desayunar, almorzar, merendar, cenar y pasar largas trasnoches. A la hora que te encuentre, La Academia te espera siempre con una propuesta distintas. Cerveza, fernet y cinzano a la hora de los tragos y submarino y media luna de jamón y queso a la hora del desayuno o de la merienda.
Los domingos analizamos dos deliveries midiendo el tiempo y demás. En
el dia de hoy,presentaremos el servicio de delivery de La Dorita y Siga La Vaca Express, dos parrillas emblemáticas que también ofrecen el servicio clásico de envio a domicilio, hoy en día lo único permitido debido a la cuarentena obligatoria dictada por el gobierno nacional para frenar la pandemia del coronavirus.
Utilizamos la aplicación de Pedidos Ya para pedir en La Dorita. Ordenamos provoleta y ravioles de ricota y nuez. Entre 40 y 60 minutos nos dicen que es
el tiempo de espera desde la aplicación. Finalmente el timbre suena 39 minutos después de realizado el pedido, por lo que incluso llegó antes de lo minimo estipulado. Al abrir la bolsa ,no nos encontramos sorpresas. La provoleta y los ravioles perfectamente cerrados, listo para disfrutarlos en una gran velada. Creo que un 9 es el puntaje que le podemos
brindar a este gran servicio que ofrecen desde La Dorita.
De la msima manera que hicimos con La Dorita, también utilizamos la aplicación de Pedidos Ya para pedir en Siga La Vaca Expres.Ordenamos una tira de asado con una provoleta. Entre 40 y 60 minútos de
espera nos dicen ,igual que en La Dorita. Llegó a los 58 minutos, dentro de lo estipulado. Al abrir la bolsa todo correcto. Tanto la provoleta y la tira de asado se encuentra en perfecto estado para disfrutar, aunque la tira podría haber sido más generosa. Creo que un 8 es el
puntaje que se merece la gente de Siga La Vaca Express.
Hoy es sábado y toca analizar restaurantes. Con la cuarentena, aprovecho para reflotar este sitio, tan ponderado por todos ustedes. En este caso voy a analizar un clásico de clásicos: Pippo. Si queres comer los mejores vermichelis o la mejor lasagna, sin dudas tenes que ir a este clásico local del centro,que nunca defrauda. Veamos.
Ambiente: Es un clásico restaurante porteño, sin mantel en las mesas y con la ubicación clásica, contando con un amplio salón, que esta dividido en tres sectores bien definidos.
Recomendados: Los vermichelis son los mejores de la ciudad de Buenos Aires. Yo prefiero al pesto, pero se recomienda la clásica combinación tuco- pesto, también tenes salsa rosa, salsa blanca y bolognesa. Se destaca mucho la lasagna, tanto mixta como de verduras o carne sola, una real manjar.
Bebidas: Un punto a favor porque tiene coca y eso siempre
suma. Normal carta de vinos y variedad de cervezas.
Atención: Excelente. Mozos de antaño, que no anotan porque se saben todo de memoria y jamás le erran en los platos. Te dan berenjenas o manteca para acompañar el pan mientras esperas la comida, aunque prácticamente no tardan nada.
Hoy es sábado y toca analizar restaurantes. En esta ocasión le toca a Lo de Bebe, parrila estiló bodegón que queda ubicada en Palermo, sobre Charcas, casi llegando a Scalabrini Ortiz. Es difícil que un bodegón no colme las expectativas, pero Lo de Bebe es la excepción que confirma la regla. Comida normal ,atención que deja bastante que desear y precios no tan accesibles para la calidad que exponen. Veamos.
Ambiente: Sin dudas es lo mejor de este lugar. Al estilo clásico de un bodegón, la "carta" está expuesta en las paredes, con las comidas, bebidas y precios. Las mesas son rústicas y el espacio entre las mismas es óptimo. Al llegar uno puede estar tranquilo que va encontrarse en un bodegón, aunque no todo es lo que parece. Recomendados: Tal vez es lo más difícil porque no hay nada que se destaque sobre el resto. Podría mencionar a los chinchulines, que salen en su punto y bien crocante. La bondiola y la tira de asado también se destacan. Bebidas: Un punto a favor porque tiene coca y eso siempre suma. Normal carta de vinos y variedad de cervezas. Atención: Flojísimo. Muchas cosas de las escritas en la pizzara no la tienen e incluso varias veces faltan papas fritas, algo esencial para cualquier parrilla. El mozo muestra una desidia evidente y si no tiene algo que le pediste, lo trae incompleto sin avisarte de ante mano. Sin dudas el punto a mejorar. Puntaje: 4 Data: Lo de Bebe queda en Charcas 3826
Como es sábado, analizaremos un restaurante. En este caso es el turno de la pizzeria Santa María, un clásico entre los clásicos en Chacarita.
En la competencia anual que se realiza en la maratón de las pizzerias titulado "Muza 5 k", donde prueban las pizzas de la Avenida Corrientes y eligen a la mejor, Santa María se llevo el merecido primer premio en 2014. Si vos no estabas enterado de esto, al llegar al lugar lo vas a saber rápidamente ya que lo dice en la tapa de la carta y también en numerosos artículos periodísticos que están pegados en la pared. Sin dudas que estamos hablando de una de las mejores pizzerías de Buenos Aires y la mayoría que van a Santa María saben que allí encontrarán la calidad que buscan en una pizza. Otros transeúntes que por algún u otro motivo fueron allí, se sorprenden y vuelven. Sin dudas que es un lugar súper recomendado, tanto para ir a sentarse en las mesas o comer en la barra, como en todas las pizzerías tradicionales. Además, y también siguiendo la línea tradicional, cuenta con un amplio sector de pasteleria, de donde salen grandes tartas, tortas y postres variados.
Ambiente: Todo se enmarca en los líneamientos de una pizzeria tradicional. El ambiente es ameno y está lleno de recuerdos deportivos, porque desde hace ya mucho tiempo que la pizza y los fanaticos del deporte van de la mano. Obviamente nos referimos a los fanaticos de mirar deporte, no tanto de hacerlo. Recuerdos de peleas de Mohamed Alí, carreras de formula 1 y banderines de todos los cuadros están presente en sus paredes. Cada sector está claramente separado y si vas para llevar a o a la barra, tenes que recorrer tres lugares si te queres comer una pizza, una empanada y un postre o torta.
Recomendados: La pizza de Fugazzeta es sin dudas la mayor atracción de la pizzería. No conozco ni creo conocer nadie que le guste la cebolla y no le guste esta pizza. Sin dudas tiene generosas porciones de queso, que junto a la cebolla hacen de una pizza única y me atrevería a decir, la mejor de fugazzeta del país. También es rica la opción con Jamón o Siciliana (con ajo), pero no hay que con que darle a este súper clásico. Las otras pizzas tampoco se quedan atrás y aportan lo suyo. En postres tiene varios elaborados como la copa Melba o Banana Split, a su vez que la pastrafrola y la torta de ricota son siempre rendidoras.
Bebidas: Cerveza tirada, que puede ser en balón, tanque o jarra. Moscato bastante fresco y bien servido. El único punto flojo es que tienen gaseosa marca Pepsi, aunque por convenio muchos lugares lo tienen. Aunque la pizza es con cerveza o moscato están los que no toman alcohol y aquí respetamos a todos.
Atención: En este punto solo hablaremos de cuando te sentas en una mesa, porque en la barra no hay tanto para decir. Los mozos son como los de antes y te dan charla si se la pedís y sino no, sumamente ubicados. Te dan el vuelto inmediatamente porque ellos manejan la guita en una billetera, Singularidad que ya es bastante difícil ver en otros lugares y te evita la espera del vuelto.
Puntaje: 9,5
Data; Santa María queda en la esquina de Avenida Corrientes y Olleros, en el barrio de Chacarita. El teléfono es 4552-3779.