En esta oportunidad, hablaremos de esa gente que le hace tan bien a la gastronomía: los habitues ,su mundo y sus beneficios.
Entramos con mi amigo a la pizzería y apenas llegados saludamos con la mano a Juancito, el mozo y a Ana,la moza brasilera. Además desde la cocina nos saludan y nos piden el diario que siempre le llevamos. Al sentarse no hay dudas, Juancito no pierde tiempo y nos dice: ¿les traigo las Brahma como siempre? nuestra respuesta es una afirmación casi obvia. Nos damos cuenta que a esa hora juega Boca y lo queremos ver porque nos gusta el futbol ,entonces le pedimos a Juancito que cambie y ponga el partido. Lo pone inmediatamente,luego ordenaremos una de provolone y todo seguira su curso. Al otro viernes ,volveremos y todo seguirá igual. Este es un ejemplo claro de una actividad a la que personalmente yo practico con frecuencía y muchisimo placer: la de ser habitué. En esto obviamente que influye las ganas de uno de volver y volver y volver a un restaurant y convertirlo en un hábito. Pero también influye demasiado las ganas y la postura de el restaurant al generar esa dependencia. En los bodegones ,parrilas ,bares y pizzeria la identificación se logra más rapido y te hacen sentir comodó para que vuelvas. En cambio en las grandes cadenas,cambian siempre de personal y uno aunque vaya siempre nunca se va a sentir un verdadero habitué. El habitue se comporta como describi en las primeras lineas, llega y saluda a todos,incluso a otros habitues, se sabe el nombre de los mozoz y por supuesto ,todos saben el de el, no tiene que decir que va a pedir y maneja la tele como si fuera la del living de su casa. Particularmente es un tema que lo quize abordar porque yo siempre voy buscando ser habitue. Todo los dias de la semana voy a almorzar a un lugar distinto ,pero cada día es el mismo ,o sea ,todo los lunes voy al mismo ,los martes a otro ,los miercoles ,los jueves y los viernes. Ellos saben que una vez por semana vuelvo y los dos estamos contentos que asi sea. No es raro que me dijan "hasta el martes" en uno ,y "hasta el viernes" en otro. Cada semana es repetir lo mismo ,a algunos le puede parecer cansador ,obviamente repetitivo. Pero a mi no ,a mi me parece hermoso,sublime. No me gusta concebir un lugar sin ser habitue, incluso soy habitue por epocas. Un año de un bar, un año de otro.Asi no me aburro y sigo practicando mi actividad favorita. Como siempre ,la modernidad atenta contra esto,pero aca siempre intentamos mantener las costumbres, las tradiciónes y mantener (no volver porque es imposible) el pasado en el presente, y hacer lo que hacian nuestros ancestros machazos y lo que hacemos nosotros ,machos que somos. Esta claro que esta actividad no es exclusiva del hombre,pero es más difiicl que una mujer lo haga sola o con otras,si es común que lo haga con su pareja. Pero siempre hay exepciones y son aceptadas , para que nadie se ponga mal. Los dejo ,esta columna volverá el próximo viernes, para convertirla en una sana costumbre.
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